Durante dos horas, el presidente de la Nación dio el último
discurso de su mandato en el Congreso. Por 92 minutos
mantuvo un tono monótono y chato, que no había levantado ni
un grito de la oposición. En el tramo final, el clima se
calentó con sus menciones a la Justicia.
Un repaso monolítico y en tono chato de logros que considera
tuvo su gestión fue el discurso de Alberto
Fernández durante 90 minutos ante la Asamblea
Legislativa. En un recinto silencioso, donde a algunos se
les cerraban los ojos y otros charlaban entre ellos, el
clima se calentó cuando el presidente hizo menciones a la
Justicia y allí comenzaron los silbidos y gritos de la
oposición que provocaron aplausos complacientes desde el
oficialismo y que el mandatario alzara la voz. Hasta las
13.08 no había dicho nada con énfasis.
Más precisamente lo picante arrancó con la cuestión de la
coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires. Fue la primera
vez que se refirió a la Corte Suprema de Justicia, cuyo
presidente, Horacio
Rosatti, y vicepresidente, Carlos
Rosenkrantz, se encontraban a la derecha del
estrado, permaneciendo con gestos petrificados ante cada
crítica que el jefe de Estado lanzó, incluso cuando recordó
el impulso del juicio político en contra de ellos y sus
pares -ausentes- Juan
Carlos Maqueda y Ricardo
Lorenzetti.
La oposición comenzó a silbar y dar gritos, entre ellos
chiflaba fuerte el presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano
Ferraro. A diferencia del año pasado, la bancada
macrista permaneció en sus bancas, pero no lo hicieron así
los diputados de Evolución Radical que, con su líder a la
cabeza, el senador Martín
Lousteau, abandonaron la ceremonia mientras
Fernández se reivindicaba porteño, al igual que Luis
Alberto Spinetta, entre otros artistas que nombró.
Aunque sí del Pro se levantó uno de sus miembros: Fernando
Iglesias. El opositor había estado girado en su
banca, dándole la espalda al presidente. Pero la alusión a
la Ciudad lo activó y comenzó a gritar “mentiroso”,
provocando que el presidente le pidiera “no me insulte
Iglesias”. Luego de ello agarró su mochila y se fue. Para
ese momento también habían dejado el recinto los diputados
liberales Javier
Milei, Victoria Villarruel, José Luis Espert, Carolina
Píparo; y también los socialistas santafesinos Mónica
Fein y Enrique
Estévez. Más tarde se sumarían Graciela
Camaño y Alejandro
“Topo” Rodríguez.
Haciendo un “no” con la cabeza, el jefe de Gobierno
porteño, Horacio
Rodríguez Larreta, rechazaba todo lo dicho por
Fernández sobre los recursos de coparticipación. “Basta de
mentir”, gritaba Graciela
Ocaña, mientras desde el Frente de Todos Eduardo
Valdés le pedía: “Presidente, siga”. A todo esto,
la titular de la Cámara baja, Cecilia
Moreau, le daba en la espalda una palmadita como
gesto de contención. Ni por asomo tuvo algo parecido Cristina
Kirchner, con quien el presidente se mostró
públicamente de nuevo tras nueve meses de la última foto
juntos. Y hacía seis que no se veían, luego del intento de
magnicidio.
Vestida completamente de rosa, CFK saludó tibiamente al
presidente cuando lo recibió en la puerta del Congreso y
después, como acostumbra a hacer, lo guió con órdenes
durante todo el recorrido protocolar hasta el recinto. En
sus palabras, Alberto evitó el término “proscripción”, pero
sí habló de “inhabilitación política” de la vice.
EL
CANTO IRÓNICO DE JUNTOS POR EL CAMBIO.
“Borombombom, Borombombom, para el Alberto la reelección”,
fue el canto que lanzaron los legisladores de Juntos por el
Cambio mientras el presidente avanzaba con el tramo más
tenso de su discurso. “A ver, canten”, los desafiaba a sus
pares del oficialismo la macrista Silvia
Lospennato; y el senador radical Luis
Naidenoff le gritaba al mandatario: “No lo
aplauden”.
SANTAFESINO ENOJADO. En medio de sus críticas al
Poder Judicial, Alberto Fernández sostuvo que si se hubiera
aprobado la reforma judicial, Santa Fe no carecería de
tribunales para combatir el crimen organizado. Federico
Angelini, diputado del Pro, lo trató de “burro” y
se paró de su banca con fuertes gritos contra el
presidente.
MENCIONES DE DESCONOCIDOS. Durante su discurso, el
mandatario hizo alusiones más de una vez a personas
desconocidas que fueron beneficiadas por políticas de su
gestión. Cuando parecía que ese recurso había quedado atrás,
dos minutos antes de concluir volvió a mencionar a alguien
que ocupaba el palco de los “desconocidos”. “Para terminar
esta sesión, les pido me permitan contarles esta historia.
Hoy nos acompaña Belén”, arrancó y generó onomatopeyas de
hartazgo.
TEMPRANEROS. Antes de las 10, cuando todavía
faltaba bastante para el arranque de la Asamblea, los
primeros presentes fueron los libertarios Javier Milei y
Victoria Villarruel. Por el Frente de Todos, lo hizo Silvina
Ginocchio. Y el primer senador en llegar al recinto
fue nada más y nada menos que Guillermo
Snopek, presidente del flamante bloque Unidad
Federal en el Senado, quien tras la ruptura con el
oficialismo escribió una carta con críticas al presidente.
COLORES. De fucsia llamativo se las vio a las
diputadas del Frente de Todos Rosana Bertone y Marcela Passo.
Un naranja mango lucieron otras oficialistas, Mara Brawer e
Hilda Aguirre. Por su parte, las senadoras Anabel Fernández
Sagasti y Juliana Di Tullio estuvieron clonadas con el
clásico negro. No hubo looks sobresalientes.
CARTELES VARIOS. Como es habitual, la izquierda
llevó sus carteles. En esta oportunidad, cada uno de los
diputados del bloque tuvo un distinto. “Alberto elegiste a
los bancos”; “Desconocimiento del gobierno golpista de
Perú”; “Fuera los políticos del FMI” y “Todo el apoyo al
paro docente”, decían. Pero también colocaron en sus bancas
un mensaje los diputados oficialistas Juan
Carlos Alderete y Verónica
Caliva, de la Corriente Clasista y Combativa,
quienes reclamaron: “Industrialización del litio en
tratamiento de origen”.
BIENVENIDOS. En medio de un clima hostil para los
jueces de la Corte, por el juicio político que se lleva en
su contra en la Cámara baja, Rosatti y Rosenkrantz arribaron
al recinto cinco minutos antes de que lo hiciera el
presidente. La diputada Graciela
Camaño se acercó a ellos y les dijo: “Un gusto
conocerlos, bienvenidos”. También los saludaron los
macristas Pablo
Tonelli y Humberto
Schiavoni.
TRIDENTE FEMENINO. Engamadas en colores pasteles,
Cristina Kirchner, Cecilia Moreau y la presidenta
provisional del Senado, Claudia
Ledesma Abdala de Zamora, protagonizaron la foto
histórica en la que se vio a tres mujeres como autoridades.
“Un aplauso, es la primera vez que somos todas mujeres”,
pidió sonriente CFK cuando entró a abrir la Asamblea. El
oficialismo acató, por supuesto, y en la oposición Facundo
Manes, Silvia Lospennato y Luis Naidenoff también
lo celebraron tímidamente. Más tarde, el jefe del Frente de
Todos, José
Mayans, expresó la “alegría” por ver “tres mujeres
presidiendo”. Pero retrucó: “Tengan el cupo masculino un
poco para que podamos estar en el estrado”.
POCA PRESENCIA DE GOBERNADORES. Muy vacío lució el
sector de los gobernadores, donde solo hubo cinco peronistas
presentes y ninguno radical. Asistieron Alberto
Rodríguez Saá (San Luis), Raúl
Jalil (Catamarca), Sergio
Ziliotto (La Pampa), Gerardo
Zamora (Santiago del Estero) y Gustavo
Bordet (Entre Ríos). De Juntos por el Cambio estuvo
Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño. También
asistió la vicegobernadora de La Rioja, Florencia
López.
EL
PALCO DE LOS “EX”. En una especie de homenaje, a 40
años de democracia, a los expresidentes de la Cámara baja
los ubicaron juntos en un palco. Estuvieron Julián
Domínguez, Eduardo Camaño y Sergio
Massa, quien de esta manera no se sentó con sus
pares del Gabinete. Los ministros, como es tradición,
estuvieron en la bandeja a la derecha del estrado.
AUSENTE POR TERCER AÑO CONSECUTIVO. El diputado y
líder de La Cámpora, Máximo
Kirchner, volvió a faltar a una Asamblea
Legislativa. No había estado tampoco en 2021 y 2022. Sin
embargo, 24 horas antes estuvo presente en la sesión que
hubo en la Cámara baja e incluso dio un discurso por la
moratoria previsional.
MUCHOS INVITADOS, PERO SIN BALCONES DESBORDADOS. Entre
los que participaron de la jornada figuró el titular de la
AGN, Jesús
Rodríguez, quien se sentó y dialogó con Enrique
“Pepe” Albistur, el amigo del presidente.
También estuvieron Estela
de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo; Horacio
Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la
Nación; Pablo
Gónzalez, presidente de YPF; Daniel
Funes de Rioja, presidente de la UIA; Pablo
Ceriani, presidente de Aerolíneas Argentinas; Rosario
Lufrano, presidenta de Radio y Televisión
Argentina; Miguel
Pesce, presidente del Banco Central; los titulares
de AFIP, ANSeS y PAMI, Carlos
Castagneto, Fernanda Raverta y Luana
Volnovich, respectivamente, entre otros.
Además, por la CGT asistieron Héctor
Daer y Juan
Acuña. Otros que vinieron fueron el líder del
gremio Camioneros, Hugo
Moyano, y el piquetero Luis
D’Elía.
Representantes de las Fuerzas Armadas, intendentes y
embajadores, entre ellos Mark
Stanley (Estados Unidos), se sumaron a la lista de
presentes.
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