Bolsonaro estuvo arriba del conteo desde que se inició
el recuento, pero el ex presidente y líder del PT fue
recortando la diferencia, y horas más tarde pasó al
frente.
Columnistas brasileños explicaron que había una razón
para que Bolsonaro arrancara al frente en el inicio del
conteo. Sucede que el recuento comenzó en el norte y
centro-oeste del país y avanzó rápidamente en Brasilia,
zonas donde el actual presidente tiene una ventaja.
Como se esperaba, fue una elección totalmente polarizada
por dos candidatos antagónicos. Pasadas las 2030, Tebet
conseguía 4,3% de los votos y Gomes 3% mientras que el
resto de los candidatos no superaban el medio punto.
Ahora, los casi 7 puntos que consiguieron Tebet y Gomes
serán clave para la segunda vuelta que será el 30 de
octubre
Durante la campaña, Bolsonaro puso en duda la seguridad
de las urnas electrónicas y agitó
la amenaza de un fraude que lo perjudique. En las
horas previas a los comicios y a través de las redes
sociales, el bolsonarismo agitaba para que los
camioneros (sindicato aliado del bolsonairsmo) o
directamente los militares se movilicen a Brasilia para
"evitar el fraude".
En tanto, Lula da Silva votó en São Bernardo do Campo,
en las afueras de San Paulo, el distrito industrial
donde construyó su carrera política que lo llevó a la
presidencia en las elecciones de 2002. El ex presidente
llamó a terminar con el odio: "Los bolsonaristas más
fanáticos tendrán que adecuarse a la mayoría de la
sociedad".
La diferencia de cuatro puntos obliga a una segunda
vuelta que se desarrollará el próximo 30 de octubre en
un escenario abierto en el que no se descarta una
victoria de Bolsonaro. En el PT barajan que los votos
válidos de Ciro Gomes fueron para Bolsonaro y calculan
que esos 3 puntos junto a una parte de los votos de la
derecha no bolsonarista serán necesarios para la
victoria en el segundo turno.
Por otro lado, el bolsonarismo tuvo una excelente
elección en el Senado que, según los cálculos previos,
estarían logrando la mayoría. Ex ministros como Marco
Pontes en San Pablo, Tereza Cristina en Matto Groso y la
pastora evangélica Damares Alves en Brasilia ganaron
cómodamente en sus distritos. A su vez, el
vicepresidente, Hamilton Mourao, que estaba tercero en
las encuestas y ganó en Río Grande del Sur. También
serán parte de la cámara alta, Sergio Moro, el ex juez
que ordenó la detención de Lula.
Otra reflexión que circula por estas horas es el poco
impacto electoral del candidato a vicepresidente,
Geraldo Alckmin, en las elecciones de San Pablo, donde
Haddad perdió con el bolsonarista Tarsicio Gomez Da
Freitas y definirán la elección en segunda vuelta.
También perdieron en Senadores y el cuestionamiento es
por no haber recorrido con más intensidad el interior
paulista, donde Bolsonaro hizo la diferencia.
Lula dijo en el comando de campaña que "van a ganar en
segunda vuelta" y aseguró que "le encanta hacer campaña,
es una del cosas de la vida que me motiva". Además,
anticipó que "prefiere un mano a mano con Bolsonaro para
que queden claras las diferencias y que las mentiras
sean argumentadas".Antes, la presidente del PT Gleisi
Hoffmann, sostuvo que "pelearon contra una maquinaria
poderosa y violenta". A su turno, Geraldo Alckmin afirmó
que "hay que ganar la elección para salvar la
democracia".
Por su parte, Jair Bolsonaro dijo que "vamos a hablar
con las personas de renta más baja" y anunció que
iniciará diálogos para sumar apoyos en el balotaje. "La
campaña será nuestra", sentenció.
Por último, las grandes derrotas fueron las encuestas
que en su totalidad vaticinaban una diferencia de entre
12 ay 14 puntos a favor de Lula. La lectura inmediata
para explicar la falla en la cantidad de votos para
Bolsonaro gira en torno al "voto secreto" que terminó
yendo a Bolsonaro y el voto útil de Ciro Gomes que
engordó el caudal electoral del presidente.
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