torio Gamaleya es la principal apuesta del Gobierno
ante las dudas que genera en la comunidad científica
la de AstraZeneca y Hugo Sigman, sobre la que el
propio presidente puso reparos.
El mandatario ofreció este jueves una conferencia de
prensa en la Casa Rosada en la que informó que el
ministro Ginés González García firmó ayer un acuerdo
con el gobierno de Rusia para que venda 20 millones
de dosis (para 10 millones de personas), que podrían
ser 30 millones si el resto de las vacunas no llegan
a tiempo.
Según Alberto, las primeras 600 mil dosis de la
Sputnik V llegarán antes de fin de año, siempre que
el Anmat la apruebe. Para eso una misión del
organismo viajará la próxima semana a Rusia. "En
enero se vacunarán 5 millones de personas más y en
febrero se completará el resto", adelantó el
presidente.
Una duda que queda flotando en el aire es si Rusia
podrá aportar esa cantidad de dosis teniendo en
cuenta que todavía no comenzó su propia campaña de
vacunación. El país gobernado por Vladimir Putin
tiene 140 millones de habitantes y ha anunciado que
en el corto plazo sólo aplicará a 2 millones su
vacuna.
Además, Fernández aseguró que se firmó un acuerdo de
preferencia en favor de Argentina para que en marzo
pueda acceder a 10 millones de dosis más (para 5
millones de personas) si el país no puede acceder a
las otras vacunas. En ese sentido, el presidente
señaló especialmente a la de AstraZeneca y Sigman,
que como
reveló LPO tiene fallas que complican seriamente
el inicio de su producción.
Este es el punto clave del anuncio de Alberto. El
propio presidente puso en duda la llegada de la
vacuna de AstraZeneca ("si es que finalmente se pone
en marcha la producción"), que había sido la
principal apuesta del gobierno para salir de la
pandemia. Como desarrolló este medio, la estrategia
de la Rosada fue atar su suerte a la producción de
Sigman y dejó en un segundo plano al resto de los
laboratorios. El anuncio de hoy deja en evidencia el
fracaso de esa apuesta.
En ese sentido, Ginés confirmó que no hay acuerdo
con el laboratorio Pfizer, el más avanzado del
mundo. El Gobierno había hablado de un convenio para
comprar 750 mil dosis, pero nunca se concretó.
"Habíamos pedido a Pfizer con la condición de que
(las dosis) estuvieran primero porque el precio era
muy distinto a otras. Al principio nos dijeron que
tenían posibilidades de entregarnos algunas dosis en
diciembre y el resto de las tres millones entre
enero y febrero. Nos pidieron resguardo con una ley
pero todavía no hemos podido firmar el contrato",
explicó el ministro de Salud.
"Tengo la sospecha de que hay un problema de
disponibilidad con lo cual no se animan a firmar el
contrato", dijo Ginés. Efectivamente la farmacéutica
estadounidense está desbordada de pedidos y ni
siquiera está pudiendo garantizar nuevas entregas a
EEUU. Pero el problema es que Argentina no cerró el
acuerdo meses atrás cuando lo hizo por ejemplo
México que se aseguró 34 millones de dosis. El
gobierno azteca, a diferencia del argentino, no puso
todas sus fichas a Sigman aunque el país también
forma parte de la producción de la vacuna de
AstraZeneca.
Más allá de esto, en el gobierno no hay explicación
acerca de por qué no hay acuerdo con los dos
laboratorios chinos que están produciendo la vacuna.
"Estamos conversando con los chinos desde hace mucho
tiempo", afirmó Ginés, mientras que Alberto sugirió
que podrían ser parte de la etapa de vacunación
posterior a marzo, cuando se comenzaría con las
personas que no están dentro de los grupos de riesgo
ni son personal de salud, de seguridad o docentes.