Mientras gran parte del país está en cuarentena
severa por el colapso del sistema hospitalario,
cacerolazos, bocinazos y ruidazos convocados por las
redes sociales tuvieron lugar en Brasilia, San
Pablo, Río de Janeiro, Salvador, Pernambuco, Porto
Alegre y Fortaleza.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue blanco
de cacerolazos en las principales ciudades luego de
que se batiera el récord de 1.910 muertos diarios
por coronavirus -que llevó el total a casi 260.000-,
tras lo cual el Gobierno se comprometió a comprar
138 millones de vacunas de Pfizer y Janssen,
mientras gran parte del país está en cuarentena
severa por el colapso del sistema hospitalario.
Cacerolazos, bocinazos y ruidazos convocados por las
redes sociales tuvieron lugar en Brasilia, San
Pablo, Río de Janeiro, Salvador, Pernambuco, Porto
Alegre y Fortaleza,
de acuerdo con medios locales, que exhibieron
imágenes de las protestas.
Este fue el segundo día en el cual el Gobierno
planificó un mensaje por cadena nacional del
presidente para anunciar un acuerdo hasta diciembre
con Pfizer y Janssen que finalmente fue anunciado en
el Boletín Oficial por el ministro de Salud, Eduardo
Pazuello.
El Gobierno buscó así dar una respuesta a la agenda
sanitaria dominada por el aumento del contagios de
coronavirus provocado por las aglomeraciones y
circulación masiva que existe desde diciembre.
Bolsonaro sostuvo anoche ante seguidores que "jamás"
autorizará un lockdown (cierre) "porque ya ha
fracasado en muchos lugares, incluso en Estados
Unidos".
La situación del país coincide también con la
divulgación de la caída del 4,1 por ciento de su PBI,
el mayor de la historia y el retroceso en el ranking
de la calificadora Austing Ratings, que informó que
Brasil salió de las 10 primeras economías del mundo
para ocupar el duodécimo lugar. |