En septiembre pasado, la dentista brasileña
Raquel Trevisi, de 38 años, fue hospitalizada
con covid-19.
Como practicaba ejercicios físicos y no tenía
ninguna condición preexistente, creyó
que su enfermedad no se agravaría.
Sin embargo, se empeoró cada vez más.
"Nadie se hubiera imaginado jamás que tendría
algún tipo de complicación con el covid, porque
llevaba una vida sana, pero cada organismo
reacciona de manera diferente al virus. La
enfermedad es muy compleja", dice a BBC News
Brasil, el servicio en portugués de la BBC
Los pulmones de la mujer se vieron gravemente
afectados por el coronavirus.
Ingresada en un hospital privado de Presidente
Prudente, en São Paulo, donde vive, necesitó ser
derivada a la Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI) y fue intubada.
El segundo día en la UCI, la colocaron en
posición decúbito
prono (boca abajo), técnica que se utiliza
para mejorar la oxigenación pulmonar.
Pasó 18 horas así y el momento fue fotografiado
por el equipo de profesionales de la salud que
la acompañó.
El largo camino
Tras 20 días en la UCI, 16 de ellos intubada,
Raquel mejoró.
Tras el alta hospitalaria, inició una intensa
rutina para recuperarse de las complicaciones
dejadas por el Sars-Cov-2 (nombre oficial del
nuevo coronavirus).
En su casa, Raquel recibió imágenes tomadas
durante su hospitalización. Una foto que
le llamó la atención fue la del momento en
que la colocaron en posición boca abajo.
En su estómago, estaba conectada a electrodos
que monitoreaban su frecuencia cardíaca,
mientras respiraba con la ayuda de dispositivos.
"Ahí en
la foto se ve un cuerpo totalmente vulnerable.
Esa posición es como una esperanza de que el
cuerpo reaccione. Para mí, es una imagen muy
fuerte", comenta.
A pesar del sufrimiento, la dentista estima que
la imagen también tiene un signo de esperanza:
el tatuaje de un fénix que tiene en la espalda.
"En la mitología griega, el fénix se levanta de
las cenizas. Significa renacimiento. Este
tatuaje nunca ha tenido tanto sentido", dice
Teniendo en cuenta que las imágenes muestran una
situación muy íntima, tenía miedo de
compartirlas.
"Cuando las recibí (las fotos), ni siquiera dejé
que mi hijo las viera", dice.
La semana pasada, sin embargo, Raquel decidió
publicar la foto en su perfil de Instagram.
En el mismo post también incluyó una imagen del
momento en que los profesionales de la salud se
preparaban para ponerla boca abajo.
El motivo de compartir las imágenes, dice la
dentista, fue la forma en que muchas personas se
comportan frente a la pandemia de covid-19.
"Casi me sentí en la obligación de exponer estas
fotos en Instagram, para que tal vez la gente
tenga un
poco más de conciencia. Es repugnante ver
morir a mucha gente, mientras que a otros no les
importa el dolor de los demás y se siguen
amontonando", dice Raquel.
La lucha por la vida
Desde el inicio de la pandemia el pasado mes de
marzo, Raquel ha seguido trabajando.
Afirma que siguió todos los protocolos y salió
de la casa solo en situaciones necesarias, por
lo que dice que no sabe cómo se enfermó.
"Siempre
me cuidé de manera exagerada. No tengo idea de
cómo me infecté. El virus está circulando.
Entonces, puede que me haya infectado con algún
contacto, como en una gasolinera o algo así",
dice.
Los primeros síntomas fueron dolor corporal y
fiebre.
El 9 de septiembre, el día después de los
primeros signos, comenzó a sentir falta de aire
y buscó ayuda médica.
Un examen confirmó que tenía covid-19. Una
tomografía computarizada mostró que el 5%
de sus pulmones estaban comprometidos.
"Como me faltaba el aire, decidieron internarme.
En el hospital, aún con los posibles cuidados,
la situación terminó empeorando. Hubo una
replicación viral muy grande", comenta la
dentista
Una semana después de la hospitalización tenía
el 85%
de sus pulmones comprometidos por el virus.
Con una dificultad creciente para respirar, la
llevaron a la UCI y la intubaron. Al día
siguiente, los médicos decidieron colocarla boca
abajo.
"Mi saturación (de oxígeno) era muy baja. Cuando
me colocaron en decúbito prono, que no tiene
compresión pulmonar, tuve una mejoría en la
oxigenación", comenta el dentista.
La posición representó solo el comienzo del
período de Raquel en la UCI. Pasó dos semanas
más intubada.
En total, permaneció en el hospital durante 30
días. Cuando fue dada de alta, estaba
extremadamente frágil. Al salir de la unidad de
salud, en silla de ruedas, no pudo ni abrazar a
sus dos hijos, de 15 y 8 años.
"La única parte de mi cuerpo que podía mover era
mi cabeza", dice.
Raquel perdió 25 libras en el período que estuvo
hospitalizada.
"Aunque tenía una vida de atleta, la
enfermedad casi me acaba", señala.
"Me vi en un cuerpo que no era el mío cuando
salí del hospital. Daba mucho miedo, por mucho
que tuviera mucha fe y había aceptado muy bien
todas las dificultades que enfrentaba por culpa
del covid", recuerda.
La recuperación
Cuando regresó a casa, comenzó a dedicarse
intensamente a la rehabilitación.
"Tuve que volver a aprender todos
los movimientos básicos", dice.
Hizo fisioterapia dos veces al día. Además,
también estuvo acompañada por una nutricionista
y comenzó a someterse a terapia para, según
ella, "ayudar a afrontar todo esto".
Para Raquel, la fe y el apoyo de la familia
fueron fundamentales en su recuperación. Poco a
poco, con la ayuda de profesionales, volvió a
aprender a caminar
Hoy, meses después, tiene pocas dificultades
para moverse y ya ha recuperado 15 kilos. "El
resto fue puro músculo y solo puedo ganarlo de
nuevo si entreno mucho", dice la dentista.
No cree que vuelva
a ejercicios intensos como los que hacía
antes de su enfermedad.
"Ahora pienso en el deporte como calidad de
vida, que me ayude en la rehabilitación. Hoy no
puedo considerarme una persona que practica
deporte con normalidad, porque tengo varias
dificultades a causa de la enfermedad".
Entre los pasos de Raquel hacia la recuperación,
uno de los más importantes se dio la semana
pasada: volvió a ver a algunos pacientes en su
consultorio.
"Estoy empezando de nuevo", dice.
Acciones
Además del trabajo, otra acción que ha tomado
los días de Raquel es un proyecto que creó para
ayudar a personas que también tuvieron
complicaciones serias por covid-19.
"Yo estuve en un hospital privado, con seguro
médico y en una situación privilegiada. Pero pensé
mucho en el prójimo. Me preguntaba: ¿cómo se
van estas personas a casa sin ni siquiera tener
dinero para comer? Son dados de alta y no saben
las condiciones en las que llegarán a casa",
dice.
Un mes después de su alta, Raquel inició el
proyecto, denominado "Com
Vida", creado en alianza con la jefa de
enfermería Renata Cazuza, quien la acompañó
durante su internación.
Según la dentista, la iniciativa cuenta con
voluntarios como fisioterapeutas, médicos,
psicólogos y enfermeras.
"Estos profesionales acogen con agrado una
palabra de amistad, donaciones, terapia ...",
dice Raquel. "Ya hemos ayudado a nueve familias
y vamos a apoyar a más", comenta
El proyecto ha sido fundamental para ayudar a
Raquel a lidiar con otra situación difícil que
ha experimentado recientemente: su padre, el
ortodoncista Hugo Trevisi, de 72 años, murió
de covid-19 el 11 de enero.
Pasó más de un mes en el hospital, luego de
infectarse a mediados de noviembre.
Las fotos
La pérdida de su padre y todo lo que ha vivido
desde septiembre hicieron que Raquel se sintiera
cada vez más disgustada por el hecho de que
muchas personas hayan ignorado medidas
fundamentales para contener la propagación del
coronavirus, como el aislamiento social.
La indignación generó el deseo de compartir las
fotos más impactantes durante el período que
estuvo internada en la UCI: la que está boca
abajo y la que muestra al equipo médico
preparándose para dejarla en decúbito prono.
Raquel recibió las fotos poco después de que
fuera dada de alta del hospital en octubre
pasado.
Las imágenes se las compartió una amiga que hizo
mientras estaba en el hospital: Renata Cazuza,
jefa de enfermería de la UCI.
"Las imágenes son parte de un protocolo para
registrar los procedimientos. Ellos guardan
estos registros. Cuando me hice amiga de Renata,
ella me dio las imágenes", comenta.
El 10 de febrero, Raquel decidió
compartir las dos fotos en su perfil de
Instagram.
"Hasta entonces, pensé que no necesitaba
exponerme así. Pero vi que los hospitales están
llenos de nuevo. Entonces, decidí publicar esta
foto. Es repugnante ver que hay gente que no
entiende lo que está pasando. Están viendo morir
a la gente, pero no les importa", dice
"A veces incluso dicen que se preocupan por el
dolor de los demás, pero están saltando por el
carnaval… publiqué estas fotos para asustar a
esta gente ", agrega.
En la publicación, escribió que compartió las
fotos para "dar
una sacudida" a quienes no les importan los
cuidados para evitar la propagación del
coronavirus.
"¿Hasta dónde llega la falta de conciencia de
muchos? ¿Qué más tiene que pasar para que las
personas comiencen a mostrar compasión por el
dolor de los demás? ¿Hasta que muera algún
miembro de su familia? ¿O pasando por lo que yo
pasé?", escribió en el post
Su publicación causó repercusiones en las redes.
"Mucha gente lo compartió", dice.
"Si cambié la forma de pensar de una persona
(sobre la necesidad de mantener la atención
frente al coronavirus), esta foto ya ha jugado
su papel", comenta.
En la publicación en Instagram, Raquel recuerda
que las dos imágenes registran una "experiencia
casi de muerte" - y que los recuerdos
relacionados con el coronavirus la acompañarán
para siempre, por los duros recuerdos de los
días de lucha por la vida y por el anhelo que
siente por su padre
|