Después de estar en las tapas de los diarios por
semanas y semanas, una pericia
oficial demolió las acusaciones
sobre el Plan
Qunita, aquella iniciativa destinada a darle a
cada madre de bajos recursos un kit para los
primeros seis meses de vida de su bebé. Para sostener que
hubo sobreprecios,
el fallecido juez Claudio
Bonadio se basó en un kit
alternativo que presentó la diputada del PRO, Graciela
Ocaña. Los peritos
destrozaron a la legisladora:
“la distancia
entre los barrotes de esta cuna es peligrosa para un
bebé”; “los materiales
no cumplen con lo solicitado”; “el
kit de la licenciada Ocaña no contempla todos
los ítems
requeridos en la licitación”. De hecho --dice la
pericia-- faltan
14 de los 42 elementos del kit que se entregó a
las madres. Desde el punto de vista del precio,
los peritos
señalaron que no
se puede establecer un precio que sirva como
referencia porque el kit
no existía en el mercado. Sin embargo, la
Sindicatura General de la Nación estableció un
precio indicativo de 7.479 pesos, cerca de los 7.850
a los que licitó y dentro del 10 por ciento de
margen que permiten las normas.
Lo de siempre
La denuncia
original provino de la dirigente del PRO, ahora
diputada y tradicional denunciadora, la ex ministra
de Salud Graciela Ocaña. Y la instrucción corrió a
cargo del fallecido juez Claudio Bonadio. El
objetivo del Plan Qunita era dotar
a las madres de recién nacidos de un kit de
productos que permitieran bajar
la mortalidad de bebés entre uno y seis meses.
Por eso, el material incluido era un moisés con
equipamiento, ropa para el bebé, termómetro,
chupete, instructivos para la madre, libros de
cuentos, sonajero, crema hidratante: lo
imprescindible a los que casi nunca tienen acceso en
los sectores vulnerables. Ocaña acusó a Aníbal
Fernández, que ni siquiera era jefe de Gabinete en
el momento en que se concretó la licitación, al
entonces ministro de Salud Juan Manzur y a otros 21
funcionarios, entre ellos dos que hoy tienen en sus
manos la salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel
Gollan y Nicolás Kreplak. Lo
insólito es que imputaron incluso a empleados de
baja jerarquía del Ministerio de Salud.
Como se trataba de un debate sobre precios y la
calidad del kit, Bonadio ordenó una pericia, con
la particularidad de que los peritos debían reunirse
en su juzgado. Las primeras conclusiones fueron
contrarias a la acusación, por lo que Bonadio
frenó la pericia con el argumento de que había
personas que no estaban notificadas. Por
supuesto, nunca más siguió aquella pericia. La
solución vino de la mano de Ocaña. La dirigente del
PRO presentó un kit alternativo a menos valor que
los 7.850 pesos del precio en que se adjudicó la
licitación. Con ese elemento, Bonadio dictó los
procesamientos.
Distribución
Cuando el expediente
pasó al tribunal oral, la fiscal
Gabriela Baigún consideró un escándalo que los kits estuvieran arrumbados
en depósitos por los que el gobierno de Mauricio
Macri pagaba
900.000 pesos mensuales. El cura de la Isla
Maciel, Francisco Paco Olveira, tomó contacto con
Baigún y reclamó que le den el material para
distribuir entre las madres recientes de su zona.
Otros religiosos pidieron lo mismo. Los jueces del
Tribunal Oral Federal 1 se sumaron a la decisión de
entregar los kits y, ante el escándalo, el macrismo
encaró la distribución, lo
que demostró que el kit era valioso y útil.
Pericia
Como era obvio, los jueces del Tribunal Oral Federal
1, con Adrián Grünberg como presidente, ordenaron
una pericia real por primera vez en seis años.
El estudio de 96 páginas y un anexo está firmado por
los siete peritos, los oficiales y los designados
por los imputados. Es decir que hubo unanimidad.
Estos son algunos de los tramos:
* ”El objetivo del Plan era brindar un comienzo
de la vida equitativa”.
* ”Un punto clave fue reducir la cantidad de
muertes por asfixia causada por el colecho (dormir
con los padres), 28,3 muertes cada 1.000
nacimientos, por lo tanto lo sustancial fue el
moisés”.
* ”En general, se observa que los kits cumplen
con el objetivo para el que fueron diseñados”.
* ”El moisés no tiene la terminación esperable”.
La pericia menciona que en la muestra de kits que se
estudiaron, tomada al azar, se encontraron defectos
de pintura, de encastre, que no cambiaban la
utilidad del kit, pero que debían mejorarse. “Si
bien estos defectos no afectan la funcionalidad del
kit, deterioran su presentación y calidad”, señala
el texto.
En suma, después
de tapas y tapas de diarios, los peritos
consideraron por unanimidad que el material cumplía
los objetivos y los problemas de terminación eran
detalles menores. De todas maneras en el
análisis de los kits por cada proveedor, el
mayoritario -proveyó 115.000 kits de un total de
140.000- resultó aprobado, sin objeciones.
Precios
La segunda cuestión a dirimir era la de los supuestos
sobreprecios. Los peritos,
de manera unánime, sostuvieron que
era imposible
determinar un precio de referencia porque no
existía un kit igual en el mercado para hacer
una comparación en forma directa. De manera que
hicieron una sumatoria
de cada producto por separado, pero alertando
que era muy difícil establecer los costos
organizativos, impositivos y financieros del
conjunto. Las
ofertas que se presentaron no difirieron mucho y
no llegaron a cubrir la licitación: se
buscaron 150.000 kits y las empresas ofertaron por
cerca de 140.000.
Según la pericia, a la salida de fábrica, o sea
únicamente sumando precios producto por producto, se
arrancaba con unos 3.000 pesos en marzo de 2015 y
llegó a 4.000 en marzo de 2016, pero sin los costos
de organización, impositivos y de financiamiento.
Otro cálculo presentado por dos de los peritos ya
menciona la cifra de 7.400 pesos, muy cercana a los
7.850 de la licitación.
Lo cierto es que el
estudio señala que no pueden determinar la
existencia de sobreprecios.
Referencia
La pericia incluye un anexo con los datos aportados
en su momento por la Sindicatura General de la
Nación (Sigen). En el texto de 42 páginas, se
detalla una cantidad enorme de cálculos y
documentación. La conclusión es que la Sigen
fijó un precio testigo para marzo de 2015 de 7.479,
58 pesos. La cifra proviene de la suma de
“elementos comparables” a los del kit.
Las normas establecen que si una licitación concluye
con precios por encima del 10 por ciento del precio
testigo de la Sigen, corresponde pedir a los
proveedores que se acerquen a lo planteado por el
organismo de control. En este caso, no fue necesario
porque el precio de la licitación estuvo dentro del
rango exigido.
Delito
La pericia presentada
en el TOF 1 plantea, como en otras causas armadas
por el macrismo y el aparato
político-mediático-judicial aliado a Cambiemos, que
el análisis preciso de lo ocurrido deriva en la inexistencia
de delito: el
kit cumplía con los objetivos y no se pudieron
determinar sobreprecios.
La fiscal
Baigún decidirá, aunque siempre objetó la forma
en la que se hizo la licitación. Por decisión del
entonces ministro Juan Manzur no se armó la
licitación dividida: el moisés por un lado, todo lo
textil por otro, los artículos de bebé por separado
y así sucesivamente. Eso llevó a que las ofertas las
presentaran empresas que se dedicaban a ofertar en
licitaciones. En el caso de Qunita, la mayor parte
la ganó una empresa, Fasano SRL, dedicada a la
construcción. Y en ese punto, la pericia menciona un
dato esencial: no
existen evidencias de direccionamiento de la
licitación. En la página 53 la pericia dice: “no
hubo discrecionalidad en las especificaciones del
pliego. Los elementos eran de fácil acceso e iguales
para todos”. El texto figura como respuesta a si la
licitación fue direccionada.
Ocaña
Las referencias a la legisladora atraviesan toda la
pericia y no le dan la razón en ningún punto.
* ”La longitud del moisés permite que el bebé
esté acostado hasta que los bebés puedan sentarse o
arrodillarse. El modelo presentado por la licenciada
Ocaña no cumple con esta norma”.
* ”La cuna presentada por la licenciada Ocaña
está hecha de aglomerado. No cumple con lo
solicitado”.
* ”Los materiales del modelo presentado por la
licenciada Ocaña no se encuentran homologados”.
* ”La cuna presentada por la licenciada Ocaña no
cumple con la normativa europea”.
* ”La cuna presentada por la licenciada Ocaña no
es transportable como se requiere en el Plan Qunita”.
* ”Los elementos aportados por la licenciada
Ocaña no cubren la totalidad de los ítems requeridos
en la licitación”. Si se toma por ítems, la pericia
dice que le faltan 14 de 42 ítems y si se evalúan
las cantidades, le faltan 20 de 59 elementos.
* ”Los elementos aportados por la licenciada
Ocaña no son equivalentes en materiales,
características y calidad a los del pliego
licitatorio”.
* ”La distancia de los barrotes de la cuna
presentada por la denunciante es peligrosa para un
bebé de menos de seis meses”.
Es decir que la pericia no sólo establece que el kit
era adecuado, no puede determinar sobreprecios, está
dentro de los márgenes planteados por la Sigen, sino
que, además, demostró la
manipulacion de la denuncia y el engaño de lo
presentado por Ocaña
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