Con 202 votos a favor, 37 en contra y 13 abstenciones,
la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de
ley que autoriza al Poder Ejecutivo a refinanciar la
deuda de 45 mil millones de dólares con el Fondo
Monetario Internacional, en lo que constituye
un hecho histórico, pues es la primera vez que el
Congreso habilita una operación de crédito con ese
organismo, de acuerdo lo estableció la Ley 27.612.
El grueso del oficialismo y los bloques de la oposición
respaldaron la iniciativa, que sufrió modificaciones
respecto al texto original enviado por el Gobierno.
La incógnita durante la jornada, que se extendió por más
de 13 horas, estuvo centrada sobre el sector del Frente
de Todos liderado por Máximo
Kirchner, quien solamente bajó al recinto para
el momento de la votación y lo hizo finalmente en
contra. Desde La Cámpora nadie se había anotado en la
lista de oradores y el silencio se mantuvo hasta el
final.
En cambio, durante el debate, los dos oficialistas que
provienen de la Corriente Clasista y Combativa y los
tres del Frente Patria Grande sí expusieron sus
diferencias y anticiparon que no acompañarían el
proyecto.
Durante la tarde del jueves, día en que se inició la
sesión a las 14.30, hubo protestas en las afueras del
Congreso y manifestantes arrojaron bombas de pintura y
piedras contra el edificio, provocando la ruptura de
vidrios de los despachos de la vicepresidenta Cristina
Kirchner y el jefe del FdT en el Senado, José
Mayans.
Tras la media sanción, el proyecto será girado al
Senado, donde se estima que el próximo lunes arranque el
debate en comisiones y se espera tenga un tratamiento
rápido.
Según informó el Gobierno, el acuerdo con el FMI incluye
10 revisiones que se realizarán de manera trimestral
durante dos años y medio. En tanto, el primer desembolso
se realizará luego de la aprobación del programa por
parte del directorio del organismo. El resto de los
desembolsos se hará luego de completarse cada revisión.
El período de repago de cada desembolso es de 10 años,
con un período de gracia de 4 años y medio, lo que
implica comenzar a pagar la deuda a partir de 2026 y
hasta 2034.
Entre sus puntos principales, se fijó un objetivo de
lograr un déficit primario del 2,5% del PIB en 2022,
cayendo al 1,9% del PIB en 2023 y al 0,9% del PIB para
el 2024. Además, desde el Ejecutivo aclararon una y otra
vez que “no prevé ninguna reforma previsional” y, por
otro lado, que se buscará “lograr niveles de tarifas
razonables y susceptibles de ser aplicadas con criterios
de justicia y equidad distributiva” ante la quita de
subsidios, entre otros puntos.
El proyecto
En una semana de frenéticas negociaciones, el
oficialismo accedió, consultas de por medio con el
presidente Alberto
Fernández y el staff del FMI, a modificar la
letra del proyecto.
Ante la negativa de los interbloques Juntos por el
Cambio, Federal y Provincias Unidas a votar los anexos
que remitían al programa económico diseñado por el
ministro de Economía, Martín
Guzmán, el Frente de Todos aceptó los cambios
de modo que la ley no caiga
Incluso, se retiraron los fundamentos enviados por el
Gobierno, que desde JxC calificaron como “ofensivos”
para con la gestión de Cambiemos.
Así, el proyecto quedó compuesto por tres artículos,
estableciendo en el 1ro. que se apruebe “de
acuerdo a lo estipulado en el artículo 75, inciso 7, de
la Constitución Nacional y en los términos del artículo
2° de la ley 27.612, las operaciones de crédito público
contenidas en el ‘Programa de Facilidades Extendidas’ a
celebrarse entre el Poder Ejecutivo nacional y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) para la cancelación del
Acuerdo Stand By celebrado oportunamente en 2018 y para
apoyo presupuestario”.
Y agrega que “el
Poder Ejecutivo nacional suscribirá, en uso de sus
facultades, los instrumentos necesarios para dar
cumplimiento a lo establecido en el párrafo precedente”.
Un debate con acusaciones cruzadas
Miembro informante del oficialismo, el presidente de la
Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos
Heller, fue el primer orador. “Tenemos la
convicción de que un default sería muchísimo más grave”,
sostuvo en una de sus frases más destacadas para
argumentar el voto a favor del proyecto, e insistió que
con este acuerdo “se trata de encontrar la mejor salida
a una situación que tal cual estaba planteada era de
absoluta inviabilidad”.
Para el porteño, “se da hoy una extraña paradoja de que
hay un Gobierno que por sus principios jamás hubiera
recurrido al FMI, pero que recibió una auténtica bomba
de tiempo y debió sentarse a negociar con el organismo
para lograr una refinanciación”
Luego fue el turno del radical Lisandro
Nieri,
quien destacó que en el consenso alcanzado “primó la
racionalidad y el entendimiento de que hay una
obligación por el bien del país de evitar una cesación
de pagos, la inestabilidad, el desorden, incertidumbre”.
No obstante, cuestionó el programa económico de Guzmán,
al que calificó de “tibio” y “poco transparente”, además
de que “no soluciona los problemas del país”.
Desde la CC-ARI, la diputada Paula
Oliveto ponderó que “con responsabilidad
histórica le estamos dando al Gobierno de Alberto
Fernández la herramienta constitucional para que pueda
suscribir la deuda”. Al tiempo que advirtió que “hoy
estamos evitando un colapso, pero la crisis continúa,
los problemas de la Argentina son graves, no existe un
programa económico, estamos viviendo un espiral de
deterioro constante, la inflación se come el salario de
muchos, los jubilados ganan un poquito más de 30 mil
pesos y la inflación es muy grande a pesar de que muchos
de los servicios están subsidiados”.
Flamante presidenta de la Comisión de Finanzas, la otra
comisión que analizó la iniciativa, la oficialista Alicia
Aparicio valoró que “debatimos con
responsabilidad y transparencia como nunca se ha
efectuado en el Congreso por la actitud clara y
responsable del presidente Alberto Fernández”. “Este es
el único acuerdo posible en las circunstancias en las
que vive el país de hacer frente a los compromisos
adquiridos con el Fondo sin acumular nuevas deudas en
dólares”, afirmó.
También desde el FdT, el entrerriano Marcelo
Casaretto explicó el por qué de la larga
negociación que se dio hasta llegar a este acuerdo,
haciendo referencia indirecta al expresidente Mauricio
Macri, quien expresó que si era reelecto
hubiera “arreglado” con el Fondo en “5 minutos”. “No se
arregla en cinco minutos porque hay una diferencia de
intereses entre un organismo financiero internacional
que ha promovido las políticas de ajuste de un Gobierno
que no consentía esa política de ajuste”, sostuvo.
A su turno, la macrista Laura
Rodríguez Machado dejó en claro que JxC no
está “aprobando ningún acuerdo, ningún anexo, ni
aceptando los fundamentos”. No obstante, destacó que
“esta es la segunda vez que vamos a ayudar a la
Argentina a que no caiga en default” y, en ese marco, le
lanzó al oficialismo: “Estamos sentaditos acá, dando la
cara, porque entendemos lo peligroso que es un país
cuando cae en default, (pero) no veo igualdad de sillas
ocupadas dentro de su bancada”.
Por Evolución Radical, el puntano Alejandro
Cacace coincidió en que el voto de JxC no
implica un aval al plan económico. “¿Este programa va a
resolver la situación de la pobreza en la Argentina? No.
¿Este programa va a resolver el problema del empleo y
generar nuevos puestos de trabajo? Tampoco. ¿Este
programa va a resolver el problema de la inflación?
Seguramente tampoco lo va a hacer. Entonces la gente nos
pregunta legítimamente por qué avalan que haya un
acuerdo. Y la simple razón que tenemos es que haya ley
para que no haya default en la Argentina”, manifestó.
A contramano de la mayoría de su interbloque, el
porteño Ricardo
López Murphy anunció su voto en contra y
criticó el programa económico y el acuerdo con el FMI,
al asegurar que “es malo, es pésimo, no propone un solo
cambio estructural para que la Argentina salga adelante
y vuelva a crecer” y es un “acuerdo irresponsable
diseñado por el FdT”.
Dentro de uno de los bloques “del medio”, la diputada de
Identidad Bonaerense Graciela
Camaño enfatizó que “quien tendrá que hacer
el esfuerzo político o administrativo para cumplir con
lo que se está proponiendo es el Poder Ejecutivo del
doctor Alberto Fernández. Así que, señor presidente,
será comprar menos fiambre, tener menos adiestradores,
saber que está gobernando Argentina con casi un 40% de
pobreza y que no gobierna Suiza”.
También desde el interbloque Federal, más precisamente
el jefe del bloque Córdoba Federal, Carlos
Gutiérrez, advirtió que “a pesar de
habernos alejado del fantasma del default, de ninguna
manera podemos pensar que hemos resuelto el problema de
los argentinos”. “El acuerdo nos evita el abismo, pero
si no entendemos la gravedad y la cantidad de problemas
que se nos viene encima, si esto no encuentra un acuerdo
en serio, Argentina no la va a pasar bien”, agregó.
En rechazo al proyecto, la diputada de Frente de
Izquierda Myriam
Bregman aseveró que “todos los que van a
votar este acuerdo saben que lo que se viene atrás es un
tarifazo”. Tanto en contra del FdT como de JxC, la
porteña cuestionó que “están creando el ‘Virreinato del
Fondo Monetario Internacional’, dándole el co-gobierno,
dejando que cada tres meses la Argentina quede a tiro
del default y que el Fondo decida qué se hace y qué no
se hace en la Argentina”.
Desde el otro extremo, pero también en contra de la
iniciativa, el liberal Javier
Milei sostuvo que el acuerdo “es altamente
cuestionable desde lo técnico y reprochable desde lo
moral”. “Todo lo que está proyectado está todo mal. El
ajuste no puede caer en el sector privado, estamos al
borde del abismo. ¿En qué estamos pensando? Los
liberales estamos en contra de esta porquería, que este
ajuste lo pague la casta política”, reclamó.
A continuación fue el turno de José
Luis Espert, quien también expresó su
rechazo, y alertó que el acuerdo alcanzado entre el
Gobierno y el FMI “revienta de impuestos a la gente de
trabajo en el sector privado”. Pero además, “para
financiar el déficit, que recién va a desaparecer en
2025, se va a hacer con emisión de deuda pública
interna”, señaló, y “si se cumplen los supuestos del
programa, va a ser cerca de los 80 mil millones dólares,
convirtiendo a Alberto Fernández en el campeón mundial
del aumento de la deuda a lo largo de la democracia”,
dijo.
El diputado nacional por el Movimiento Popular Neuquino Rolando
Figueroa adelantó su voto positivo “no con
felicidad, pero sí con responsabilidad”, y afirmó que el
aumento de las inversiones en el sector energético de su
provincia y la Patagonia pueden ayudar a equilibrar la
balanza de pagos de la Argentina, “por eso pido que
comencemos a trabajar para visualizar este país de una
manera mucho más federal”.
Presidente del interbloque Provincias Unidas, el
rionegrino Luis
Di Giacomo graficó que “a nosotros nos toca
gobernar en la responsabilidad de todos los días
provincias reales de la Argentina que tienen
necesidades, problemáticas”, para argumentar el apoyo al
proyecto, al tiempo que ponderó que en la Cámara baja se
haya llegado “a un acuerdo entre las inmensas mayorías,
que consideramos puede ser beneficioso para la salida de
esta crisis que está viviendo el país. Hay que salir de
las crisis con los consensos mayoritarios”.
En su discurso, el porteño Martín
Tetaz propuso que alguna vez se vote una
ley “para limitar el déficit, que es la causa principal
de la deuda” y dijo no entender por qué se pedían 45.500
millones de dólares en esta refinanciación “si solamente
le debemos al Fondo 40.000″. “Piden un poco más porque
el Fondo les presta más barato, porque quieren financiar
más déficit, y porque evidentemente van con gusto al
Fondo, les gusta y piden más de lo que necesitan”, cargó
contra el oficialismo el diputado de Evolución Radical.
Desde la otra vereda, el oficialista Sergio
Casas recordó que “estamos tratando una deuda
contraída por el gobierno de Mauricio Macri; es el
préstamo más importante que tuvo el país donde el FMI no
se fijó en reparos para poner ni las revisiones, ni los
límites”. “No comparto nada con el FMI, porque es una
corporación que surgió para liquidar los pueblos del
mundo, para controlarlos y dictarles las políticas que
deben desarrollar”, aseveró. Sin embargo, el riojano
garantizó: “Vamos a acompañar, pero no queremos ni
ajustes para las provincias, ni a los jubilados, al
pueblo, y que pague el que tiene que pagar”.
En un duro discurso, durante el que llamó
“contrabandista” al expresidente Macri, el oficialista Juan
Manuel Pedrini enfatizó que “nosotros
detestamos al Fondo Monetario; seguramente nos vamos a
tapar la nariz y vamos a votar, pero vamos a votar
porque en la Argentina hay un presidente que pone un
sendero de crecimiento”. “Votamos con convencimiento, no
tenemos un voto vergonzante, pero al otro día vamos a
empezar a trabajar para que se cancele anticipadamente
este préstamo y vamos a ser los garantes de que no haya
ajuste, reducción de salarios y que el precio de los
servicios no supere al del salario”, exclamó el
chaqueño.
Durante el debate, el radical Facundo
Manes consideró que “la oposición debe
facilitarle al Ejecutivo la posibilidad de reestructurar
la deuda, pero no podemos tomar responsabilidad del
programa que el Gobierno negoció con el FMI, no podemos
comprometeros a algo que escapa a nuestro control”. En
ese sentido, observó que “el acuerdo con el Fondo evita
el default y evita una nueva crisis, pero para nada
resuelve los problemas crónicos y estructurales de la
Nación”. “Este acuerdo es solo un tratamiento
sintomático, no es la cura de la enfermedad”, comparó
Por el Frente de la Concordia Misionero, el legislador Diego
Sartori reflexionó que los ciudadanos “quieren
que los políticos le solucionemos los problemas y están
cansados de las peleas”. “La Argentina hace 50 años que
contrae deuda que trae como consecuencia emisión,
pobreza… Deberle a un organismo como el FMI es algo que
nadie de nosotros desea, pero no pagar sería pagar
consecuencias muy nefastas no solamente para el gobierno
que esté de turno, sino también para nuestras
provincias”, advirtió.
El diputado Omar
De Marchi atribuyó al kirchnerismo “una cuota
de gran perversión” al haber logrado “acuñar un relato”
que le adjudica todos los problemas del país a la
gestión anterior. “Se habla de la deuda con el Fondo
como si fuera toda la deuda externa argentina, siendo
que concentra solo el 12% de toda nuestra deuda, de 360
mil millones. El gobierno de Mauricio Macri no fue el
que más endeudó a la Argentina, y dato mata relato: el
que más endeudó la Argentina fue el segundo de Cristina (Kirchner),
que la endeudó en 17 mil millones cada año”, puntualizó,
añadiendo luego que el actual ya superó al de CFK.
Tras detallar una serie de datos sobre las gestiones de
CFK, la emprendió contra “los cobardes, ladinos, que no
están sentados en esas bancas. Deberían sentarse con
humildad, pero sobre todo con compromiso para con su
Gobierno y con la Argentina”.
Avanzado el debate fue el turno del oficialista Juan
Carlos Alderete, de la Corriente Clasista y
Combativa, quien opinó que el objetivo de la toma del
crédito “era atarnos y condicionarnos políticamente; fue
el gran objetivo del Fondo, porque ese era su verdadero
fin, por eso lo armaron las potencias imperialistas:
para condicionar a países como el nuestro y saquearnos”.
“Voy a votar en contra, porque el acuerdo limita esa
estafa y esa burda intromisión de Estados Unidos”,
expresó.
Otro de los diputados del FdT que argumentó su no
acompañamiento fue Itaí
Hagman, que advirtió que “más temprano que
tarde” el FMI “nos va a exigir” reformas estructurales.
No convencido del acuerdo alcanzado por el Gobierno,
confesó: “Veo difícil que logremos un proceso de
crecimiento sostenido, con expansión del mercado
interno, con redistribución del ingreso con las reglas
actuales del Fondo”. Y para aplacar las diferencias al
interior de la bancada, afirmó que en las “peleas que se
van a venir en los próximos meses y años” con el FMI y
la oposición “va a haber absoluta unanimidad” del FdT
Sin dejar en claro cómo iba a votar, la diputada del FdT Agustina
Propato dijo tener “mucho miedo de que este
tutelaje cada 3 meses del Fondo Monetario Internacional
signifique la latencia permanente de un estado de
default”. Además, la esposa de Sergio
Berni apuntó que “no podemos pagar un fraude a
costa del hambre, de la marginalidad, del desempleo. No
podemos seguir prometiendo una Argentina si no mostramos
con conductas fehacientes cómo la vamos a construir.
Tengo miedo de quien va a pagar este ajuste”.
Última oradora individual de la noche, la oficialista Victoria
Tolosa Paz, muy participativa de las comisiones
durante la semana, defendió que lo que se busca es “una
salida a un gran problema que tiene la Argentina” que se
trata de “la deuda que tomó el gobierno de Mauricio
Macri” que “es insostenible”. También reprochó que esa
deuda “se fue a buscar de una manera que es totalmente
distinta a lo que estamos haciendo esta noche aquí”. Y
ponderó la Ley 27.612 que permite que “nunca más en la
República Argentina un presidente, sea del color
político que sea, endeude a la Nación por 100 años”.
“Esto no es ir a buscar al Fondo sino salir una vez más
del Fondo”, añadió
En el tramo de los cierres, que arrancó cerca de las 2
de la madrugada de este viernes, el presidente del
interbloque Federal, Alejandro
“Topo” Rodríguez,
lanzó una advertencia a Martín Guzmán: “Transmitámosle
al ministro de Economía que el Congreso va a controlar
que no le entregue un bono en dólares a los fondos
especulativos que vinieron en la época de (Mauricio)
Macri”. “Que sepa que los estamos mirando y que lo mejor
que este Congreso puede hacer es ayudarlo a que no quede
enredado en algún comentario sobre fugas y
especulaciones. Señor ministro, lo estamos mirando”,
agregó, tras lo cual adelantó el voto afirmativo de su
bancada porque “queremos evitar el default”
El jefe de la Coalición Cívica, Juan
Manuel López, enrostró que “muchos de nosotros
no estamos incómodos de tener que votar este tipo de
leyes, porque somos adultos, porque representamos a más
del 40% de la población y porque ganamos las elecciones
el año pasado”. En varios pasajes de su discurso criticó
el “misterio”, en referencia a la posición del
kirchnerismo, y subrayó que este “es un tema en el que
no hay que especular, sino ser claros”.
“No es el Fondo el que no nos permite crecer, o el que
nos prepara una bomba de tiempo, somos nosotros mismos
los que preparamos los programas, somos nosotros mismos
los que hemos gobernado y son ustedes mismos, los
diputados del oficialismo, y el gobierno de Alberto
Fernández y Cristina Kirchner los que tienen que
gobernar y hacerse cargo hasta el 9 de diciembre de
2023”, manifestó.
Muy duro en su discurso, el titular de Evolución
Radical, Rodrigo
De Loredo, arrancó lamentando que “no esté aquí
presente” Máximo Kirchner, quien ha dicho que “en la
economía los números tienen que cerrar con la gente
adentro”. “Los números siempre cierran. Si es con planes
y gestión, cierran para bien; si es sin planes y sin
gestión, cierran por las malas”, graficó.
“Las crisis de shock que toda buena gestión tiene que
evitar nos generan procesos de pobreza y de indigencia
que después los procesos de crecimiento económico se
muestran carentes e incapaces de recuperar. Esto lo sabe
perfectamente el kirchnerismo, pero están con esta
actitud especulativa”, criticó y acusó al oficialismo de
estar “preocupados más en encontrar un culpable que
encontrar una solución. ¡A ustedes les importa más que
cierre su relato sin importar donde quede la gente!
“Nosotros no somos una rueda de auxilio del Gobierno”,
comenzó el jefe de la UCR, Mario
Negri, quien destacó que desde JxC “hemos
venido esta noche a evitar que el sufrimiento que llevan
los argentinos consecuente de la crisis no se
profundice”. “Si no estuviéramos acá nosotros el default
era inevitable” porque “tenemos conciencia que el
Gobierno está atravesando un momento de debilidad, que
el presidente está débil, y que además tiene una
fractura política expuesta, que ojalá no se profundice
por el bien de los argentinos”, sostuvo el cordobés.
Encargado del cierre por el bloque Pro, el santafesino Luciano
Laspina aclaró que “estamos contrayendo un
nuevo empréstito por 45 mil millones de dólares, en
parte para cancelar una deuda de 40 mil millones de
dólares que va a vencer a largo plazo, se va a
reestructurar, y el resto para financiar déficit fiscal
primario, tal como dice la carta de intención que firmó
el ministro Martín Guzmán”.
“Para nosotros era inaceptable sentar el precedente de
un Congreso aprobando planes económicos de un
oficialismo, de un Ejecutivo”, argumentó sobre la
negativa a votar los anexos. Por eso, recordó que “no
estamos votando el acuerdo de Guzmán porque no es
nuestra competencia votar planes económicos”. “Tampoco
estamos votando aumento de impuestos”, apuntó y defendió
el voto a favor de JxC porque “no queremos integrar el
club de países en default: Sudán, Somalia y Zimbabue.
Linda lista para integrar…”.
En su primer cierre de debate como jefe del Frente de
Todos, Germán
Martínez, destacó el consenso alcanzado para
poder aprobar el proyecto, tras “más de 20 intercambios
de distintas miradas, de distintas posiciones, de
distintos aportes”, al tiempo de reivindicar el intenso
debate que se dio en comisiones.
“Hay dos hechos objetivos que no podemos obviar de la
historia económica argentina, la decisión de cancelar la
deuda con el FMI en 2005” cuando “llegamos a 0 dólares
de deuda con el FMI” y otro momento “que fue la decisión
que tomó la administración anterior, con el expresidente
Macri a la cabeza, de que efectivamente pueda avanzarse
en una nueva instancia de endeudamiento con el FMI”,
diferenció.
Para el santafesino “no es correcto que nosotros digamos
que la deuda es consecuencia del déficit”. “Esta deuda
es hija de una profunda crisis en la balanza de pagos. Y
esa crisis se da cuando vos tenes muchos más que
demandan dólares a los dólares que podés conseguir”,
analizó.
Martínez también afirmó que “lo distinto” de este
acuerdo es que “tenemos un tiempo que nos puede permite
incrementar un proceso de crecimiento económico” para
“estar en mejores condiciones dentro de cuatro años para
empezar afrontar los pagos” y “lo vamos a hacer sin
ajuste, sin reforma jubilatoria, sin reforma laboral,
sin tarifazos”, ratificó
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